Durante los días 17 y 24 de junio, el Centro Loyola Reina acogió el taller “El ABC de la Fotografía con Teléfono Celular”, impartido por el padre Víctor Ramos Talavera, jesuita mexicano de visita en Cuba. Este curso, también realizado en fechas distintas en Loyola Juanelo, estuvo dirigido fundamentalmente a los trabajadores de ambos centros, brindando herramientas esenciales para descubrir y potenciar una mirada curiosa y creativa a través de la fotografía.


Un taller accesible para todos
Pensado para quienes se inician en el mundo de la fotografía, el taller demostró que no es necesario tener una cámara profesional para captar imágenes de calidad. Basta con un teléfono celular y el deseo de observar el mundo desde nuevas perspectivas. Los participantes aprendieron sobre composición, planos y ángulos, y se sintieron motivados a seguir explorando el arte fotográfico en su vida cotidiana.


Compartir y aprender en comunidad
Tras la primera jornada, el padre Víctor generó un espacio especial de intercambio con el grupo de comunicadores del Centro Loyola, donde compartió valiosos consejos sobre cómo comunicar en un ambiente familiar y de confianza, como si se tratara de compañeros de toda la vida. Este momento fortaleció el espíritu de equipo y la cercanía entre los participantes, enriqueciendo la experiencia formativa.
Exposición fotográfica: Un viaje a la autenticidad del pueblo Rarámuri
Como parte de su visita, el padre Víctor compartió una exposición especial de 22 fotografías del artista mexicano Daniel Vargas, instalada en el primer pasillo del Centro Loyola Reina hasta el 7 de julio. Las imágenes retratan la vida del pueblo indígena Rarámuri, en México, quienes han decidido resistir a la modernidad y vivir fieles a sus costumbres, tradiciones, lengua, vestimenta y creencias.




Estas fotografías nos invitan a reflexionar sobre el verdadero sentido de la vida, cuestionando la idea de que la felicidad se encuentra en el trabajo que nos agota o en la búsqueda constante de lo material. El pueblo Rarámuri nos recuerda la importancia de hacer lo que nos da plenitud: contemplar un atardecer, arar la tierra, vivir en comunidad, celebrar la vida y sentirnos conectados con la naturaleza. Esta exposición inspira y desafía a repensar nuestros sueños y deseos, y a valorar lo esencial en lo que vivimos.
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