El pasado miércoles 18 de diciembre, el Centro Loyola Reina acogió con alegría el Encuentro de Adviento, una experiencia transformadora organizada por el programa Sentir. Este espacio fue dedicado a la reflexión, el fortalecimiento espiritual y psicológico, así como al encuentro fraterno de los participantes.
La Esperanza del Adviento: Preparación para la Gran Fiesta
El Encuentro de Adviento ofreció una oportunidad única para agradecer por el regalo de la vida y preparar el corazón para la celebración del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Aunque el encuentro tuvo un enfoque cristiano, su mensaje universal de esperanza y unión acogió a todos, sin importar su fe.
El evento fue un recordatorio de la importancia de vivir este tiempo como una etapa de espera y renovación, fortaleciendo lazos entre los presentes y creando un espíritu de familia dentro del Centro Loyola Reina.
Espiritualidad Ignaciana: Fortaleciendo Nuestra Identidad
Una parte central del retiro fue la introducción a la espiritualidad ignaciana, un pilar fundamental de las actividades del Centro Loyola Reina. Los participantes reflexionaron sobre cómo esta forma de espiritualidad guía sus vidas, enfatizando la importancia de colaborar con la misión del centro y reforzar los valores institucionales que unen a la comunidad.
Descubriendo Fortalezas: Una Dimensión Psicológica
El retiro también ofreció un espacio para el autodescubrimiento, centrado en reconocer las fortalezas individuales y cómo aplicarlas en las diferentes áreas de la vida. A través de dinámicas grupales, los asistentes reflexionaron sobre los aprendizajes del año, destacando los aspectos positivos y construyendo planes para el futuro desde una perspectiva de crecimiento personal.
Una Gran Familia en el Centro Loyola Reina
El evento cerró con un emotivo momento de unión, reafirmando el compromiso del Centro Loyola Reina de ser un espacio de encuentro y acompañamiento para la comunidad. Este Retiro de Adviento fue una prueba más de cómo el programa Sentir contribuye al bienestar psicológico y espiritual, fomentando una verdadera “cultura de esperanza”.
Este Retiro de Adviento no solo fue un tiempo de reflexión, sino también una invitación a descubrir lo bueno en nuestras vidas, reconocer las bendiciones del año que termina y proyectarnos hacia el futuro con renovada esperanza.
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