El Centro Loyola Reina se une en oración y gratitud por la vida de Su Santidad el Papa Francisco, quien ha partido a la Pascua Eterna en la presencia de Dios. Reconocemos con profundo agradecimiento su incansable ejemplo de servicio, humildad y amor universal, especialmente hacia los más vulnerables y marginados de nuestra sociedad.
En este momento de recogimiento, recordamos la profunda verdad de la Resurrección, que nos habla no solo de un final, sino de un nuevo comienzo, de la promesa de vida eterna que Cristo nos ofrece. La partida del Santo Padre nos invita a renovar nuestra fe en este misterio de amor y esperanza, que es el fundamento de la Iglesia y de toda la humanidad.
Una Vida al Servicio de la Humanidad: Papa Francisco
Jorge Mario Bergoglio, nacido en Buenos Aires, Argentina, el 17 de diciembre de 1936, marcó la historia al convertirse en el primer Papa latinoamericano y el primer jesuita en liderar la Iglesia Católica. Su elección en 2013 trajo consigo un aire de renovación y sencillez que resonó en todo el mundo.
Su pontificado se caracterizó por un profundo compromiso con la justicia social, la defensa de los derechos humanos, el diálogo interreligioso y la protección del medio ambiente. Su cercanía con los más necesitados, su estilo de vida austero y su llamado a construir puentes en lugar de muros inspiraron a millones de personas, creyentes y no creyentes, a trabajar por un mundo más justo y solidario.
El Papa Francisco y Cuba: Un Encuentro de Esperanza en el Sagrado Corazón
La visita del Papa Francisco a Cuba en septiembre de 2015 fue un momento histórico de gran significado. Su presencia en la isla llevó un mensaje de reconciliación, esperanza y unidad al pueblo cubano, marcando un hito en las relaciones entre la Iglesia y el Estado.
Durante su estancia, celebró misas multitudinarias, se reunió con el entonces presidente Raúl Castro . Su visita a Cuba tuvo un encuentro en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, donde precisamente se encuentra el Centro Loyola Reina. Este encuentro fortaleció los lazos de fraternidad entre la Iglesia y la comunidad local, dejando una huella imborrable en la historia del Centro y en el corazón de todos los cubanos.
La Alegría de la Resurrección: Un Don para Compartir
Siguiendo las enseñanzas de San Ignacio de Loyola, nos invita a pedir la gracia de alegrarnos y gozar intensamente con la gloria y el gozo de Cristo nuestro Señor. En estos momentos, el gozo para nosotros, según las palabras del Santo, se constituye en una exigencia personal.
Desde el Centro Loyola Reina, extendemos este mensaje de esperanza a todos los que se acercan a nuestra comunidad, creyentes y no creyentes, invitándolos a encontrar en el misterio de la Resurrección un motivo para la renovación personal y el compromiso con un mundo más justo y fraterno. Que el ejemplo del Papa Francisco sea una luz que ilumine nuestro camino y nos inspire a vivir con coraje, compasión y alegría, seguros de que Cristo vive y nos acompaña siempre.
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