El Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo es una fecha que busca sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la inclusión y el apoyo a las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). En el marco de esta jornada, el Centro Loyola Reina se suma a esta noble causa con un evento cultural que deja huellas imborrables.


Jonathan: La Voz que Conmovió al Público
El evento tuvo un protagonista inolvidable: Jonathan, un niño con autismo cuyo talento para el canto iluminó el escenario. Abrió la actividad con dos canciones y cerró con una tercera, una melodía tan alegre que todos los niños del público se levantaron a bailar espontáneamente. «Él en el escenario y los niños bailando debajo fue el gran cierre», relatan los organizadores. Su presentación no solo demostró su capacidad artística, sino que simbolizó la esencia de la neuroinclusión: el arte como puente para unir corazones.

Un Espacio Donde Todos Encontraron su Lugar
La actividad fue una colaboración entre los programas Sentir, Convivir, Casa Común y los talleres de la CEFAL, que aportaron su creatividad al evento. El Grupo de Teatro Infantil Reality Sueños presentó fragmentos de sus obras, mientras el Coro Infantil interpretó música infantil, acompañado por las palmas y voces de las familias presentes.
El diseño del espacio fue clave: desde el inicio, los niños interactuaron y jugaron libremente. Enzo, otro niño con autismo participante, disfrutó sentado junto al elenco de Reality Sueños, evidenciando cómo los entornos adaptados permiten la participación plena.
Inclusión Más Allá del Autismo
El Centro Loyola Reina no solo se centra en el autismo; también abraza a niños con otros trastornos del neurodesarrollo, como el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad). Aunque solo el 10% de la matrícula de algunos programas está dedicada a estos casos, debido a la necesidad de atención especializada, los talleres tienen un carácter inclusivo que busca integrar a todos en las actividades.
Técnicas para la Inclusión
Una de las técnicas utilizadas fue el rincón de la calma, que ayudó a muchos niños a sentirse más seguros y tranquilos durante el evento. Esta práctica refleja el compromiso del centro con la neuroinclusión y la sensibilización sobre el autismo y otros trastornos del neurodesarrollo.

Sensibilización desde el Primer Momento
La jornada comenzó con una actividad simbólica: al entrar, los niños dibujaron piezas de un rompecabezas con colores que representaban la diversidad. Este ejercicio, más allá de ser lúdico, sirvió para explicarles la importancia de aceptar las diferencias y celebrar la singularidad de cada persona. «El autismo es una pieza más en el gran rompecabezas de la humanidad», reflexionaron los facilitadores.


Celebración con Helados, Risas y Comunidad
Tras las presentaciones artísticas, los niños disfrutaron de un inflable y una merienda con helados y galletas, mientras las familias compartían en un ambiente festivo. El mensaje fue claro: la inclusión no solo se promueve con discursos, sino con espacios donde todos, sin excepción, puedan reír, crear y sentirse parte de algo mayor.


Un Llamado que Trasciende el Evento
El Centro Loyola Reina reafirma su compromiso con la inclusión, recordando que el autismo no es una barrera, sino una forma única de experimentar el mundo. Como dicen las organizadoras: «Conmemoramos y sembramos semillas de empatía para que crezcan en cada hogar, escuela y rincón de nuestra comunidad»
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