Durante dos jornadas memorables, el Centro Loyola Reina se convirtió en escenario de una celebración especial: la Fiesta de las Artes, organizada por la Cátedra para el Emprendimiento y la Formación Artística Loyola (CEFAL).

Este evento, más que una muestra novedosa, fue una afirmación colectiva de que el arte transforma, une y prepara para la vida.
Jueves de emociones compartidas
La primera jornada, celebrada el jueves, nos regaló un espectáculo íntimo y conmovedor protagonizado por los niños y niñas del coro y del grupo teatral Reality Sueños.

En un gesto de ternura y apertura, el teatro se convirtió en un espacio compartido entre artistas y familias, donde el escenario fue ocupado por todos: quienes cantaban, actuaban y también quienes escuchaban con el corazón.
La música en vivo, interpretada por las profesoras de clarinete, añadió una atmósfera cálida y envolvente, mientras un colaborador del centro sorprendió con una coreografía vibrante al ritmo de Michael Jackson, provocando sonrisas y aplausos espontáneos.
El coro infantil, guiado por la joven profesora María Laura, ofreció canciones tradicionales y otras en proceso de perfeccionamiento. Vibró así el talento y el vínculo afectivo que los une a su guía. La espera por ella, vivida con entusiasmo y ansiedad por los pequeños, fue testimonio del cariño y la admiración que despierta.

Por su parte, Reality Sueños, bajo la dirección del profesor Tomás, presentó “La Burundanga”, un espacio teatral lleno de humor, música y creatividad.
Como parte de la presentación, el grupo de teatro entregó una mini obra protagonizada por un cangrejo y su abuelo, q.ue combinó diversión con profundidad, dejando claro que el arte también es preparación para la vida

Sábado de creatividad y comunidad
La segunda jornada, el sábado 8 de noviembre, abrió sus puertas a la exposición de artes plásticas, donde los talleres de dibujo y pintura del centro mostraron una diversidad de propuestas que desbordaban calidad, imaginación y compromiso.

Cada obra expuesta era reflejo de un proceso colectivo: alumnos, familias, profesores, colaboradores, monitores y miembros de la Orquesta Juvenil Loyola Reina se unieron para hacer posible esta manifestación artística.
El resultado fue una muestra que no solo impresionó por su estética, sino que conmovió por su sentido comunitario.

Como bien expresó el profesor Alejandro Enríquez, detrás del brillo de cada trazo y color hay tiempo, esfuerzo y una red de apoyo que permite que lo mejor de nuestras manos y mentes florezca.
La exposición fue, en esencia, una celebración del arte como herramienta de crecimiento, inclusión y esperanza.
Disfrutando de más fiestas de artes
La Fiesta de las Artes recordó que cuando el arte se vive en comunidad, se convierte en semilla de transformación.
En cada canción, cada pincelada y cada risa compartida, el proyecto CEFAL reafirmó su compromiso con una formación artística que es, ante todo, humana.



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