En tiempos marcados por la polarización, el hiperindividualismo y la desinformación, el cuestionamiento de la verdad y lo justo… el Centro Loyola Reina y su equipo «Hacernos Diálogo» ofrecen cada mes espacios de gran relevancia.
Uno de estos últimos encuentros estuvo dedicado a la » Ética para una sana convivencia «, guiada por la M.Sc. Laura Liz Sosa Bayona.
Entre desafíos…
La conferencia » Ética para una sana convivencia » caracterizó varios de los desafíos contemporáneos y propuso caminos concretos para reconstruir el tejido social desde el respeto, la dignidad y el diálogo.
Abordó con claridad el auge del hiperindividualismo, una tendencia que, si bien ha traído consigo avances como la libertad personal y el reconocimiento de derechos individuales, también ha debilitado los vínculos comunitarios. En ese sentido, se señalaron consecuencias, por ejemplo: la competitividad desmedida, el aislamiento y la pérdida de cohesión social.

La ética, en este contexto, se presenta como una herramienta indispensable para recuperar el sentido de comunidad y fomentar relaciones basadas en la voluntad, la libertad y la responsabilidad compartida.
Los males de la sociedad contemporánea
El espacio permitió a los asistentes explorar críticamente fenómenos como el consumismo, la cultura de diferenciación personal y la dependencia tecnológica desde el cuestionamiento ético.
Durante el encuentro se alcanzaron a enumerar otros males relacionados con las brechas sociales, la desinformación digital, el juicio crítico y la justicia; y cómo actualmente limitan el compromiso con el bien común y dificultan la cooperación entre perspectivas diversas.

Poder, moralidad y decisión: ¿a dónde va la ética?
Uno de los momentos más enriquecedores fue el debate acerca del ejercicio del poder y su dimensión ética.
Surgió así el cuestionamiento sobre si el poder puede ser ejercido con justicia en una sociedad pluralista. Una interrogante que quedó abierta ante la inmediatez de otras relacionadas con el ejercicio de la crítica cotidiana.

Por otro lado, la conferencista destacó la necesidad de encontrar ciudadanos informados y éticamente comprometidos, capaces de evaluar sus actos considerando la intención, la naturaleza del acto y sus consecuencias. Solo cuando estos tres elementos son buenos, puede hablarse de una acción moralmente válida. Criterios que sin dudas ponen en tela de juicio el ejercicio de quienes actúan desde el poder en la sociedad contemporánea.
Pluralismo y dignidad humana
En un mundo marcado por la diversidad étnica y cultural, el pluralismo social plantea retos complejos. La ética propuesta por la doctrina social invita a reconocer la dignidad humana en sus dimensiones autológica, moral y social, garantizando derechos fundamentales que abarcan lo físico, lo cultural y lo relacional.
La autoridad, en este marco, debe ser ejercida como servicio al bien común, no como imposición.
Un llamado al diálogo ético
El público, diverso en edades y experiencias, recibió con entusiasmo las propuestas compartidas. Más allá de la conferencia, se manifestó un deseo genuino de continuar el diálogo, aplicar lo aprendido en la vida cotidiana y construir espacios de convivencia más justos y solidarios.

La labor del Centro Loyola Reina y «Hacernos Diálogo» contribuyen a seguir creando escenarios para la construcción de una ciudadanía ética, crítica y comprometida con la comunidad.
Para quienes quieran sumarse a futuras actividades, el llamado está abierto.
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