- Amarás a tu hijo con todo tu corazón, alma y fuerzas, pero sabia-mente con tu cerebro.
- Verás en tu hijo una persona y no un objeto de tu pertenencia.
- No le exigirás amor y respeto, sino que tratarás de ganártelo.
- Cada vez que sus actos te hagan perder la paciencia,traerás a la memoria los tuyos, cuando tenías su edad.
- Recuerda que tu ejemplo será más elocuente que el mejor de los sermones.
- Piensa que tu hijo ve en tí un ser superior, no lo desilusiones.
- Serás en el camino de su vida una señal que le impedirá tomar rumbos equivocados.
- Le enseñarás a admirar la belleza, a practicar el bien y a amar la verdad.
- Brindarás atención a sus problemas cuando él considere que puedes ayudar a solucionarlos.
- Le enseñarás con tu palabra y con tu ejemplo a amar a Dios sobre todas las cosas.

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