Casa Común: Un Día de Aventura y Aprendizaje en la Habana

Una Aventura que Comienza al Amanecer

El sol apenas comenzaba a despuntar en el horizonte, tiñendo de dorado las calles de la Habana y ya niños, niñas y sus familias comenzaban a prepararse para un día inolvidable. Llenos de energía, se reunieron en el Centro Loyola Reina, ansiosos por emprender una aventura que prometía ser inspiradora. Juntos comenzaron su travesía hacia uno de los sitios más emblemáticos del paisaje cubano: el Cristo de La Habana.

El Camino hacia el Cristo de La Habana

La ruta era sencilla; familias enteras caminaron al unísono, compartiendo anécdotas y disfrutando del bullicio característico de la ciudad. Mientras, los pequeños no paraban de mirar a su alrededor, reconociendo casas, calles adoquinadas, y la vorágine de la urbe capitalina más antigua. Recorrieron así, calles repletas de diversidad ambiental, algunas plagadas de belleza, otras no tanto, pero que adornan lo que es el gran mosaico cubano de la cotidianidad.

Explorando la Bahía: Ciencia, Naturaleza y Comunidad

Al llegar a la lanchita de Regla, el aire se tornó fresco y cargado de expectativas. Allí, frente a la bahía, el grupo de Casa Común esperó con impaciencia mientras algunos aprovechaban para tomar fotografías y otros rellenaban su bitácora de viaje. El sonido del agua acariciando la orilla se mezclaba con las risas de los niños y niñas, creando una melodía vivaz y alegre.


Cuando llegó la hora de abordar la lanchita, una mezcla de emoción y curiosidad iluminó los rostros de los más pequeños. Subieron con cautela, algunos sosteniéndose de la mano de sus padres mientras otros gritaban de alegría. Durante el recorrido por la bahía, los adultos aprovecharon para señalar las instalaciones eléctricas, estructuras antiguas y la contaminación del agua, despertando el interés por temas como ciencia, tecnología y cuidado ambiental.

Un Encuentro Creativo en la Cima del Cristo

Una vez en el puerto de Casa Blanca, el grupo comenzó su caminata hacia la Loma del Cristo. Rodeados por frondosa vegetación y un aire casi místico, las familias se sintieron parte de la naturaleza mientras avanzaban hacia su destino. Con trotes, música y risas llegaron a la cima junto a la estatua del Cristo.

En este espacio natural disfrutaron un picnic donde las mantas se extendieron sobre el suelo para compartir una merienda entre risas y bullicio que se mezclaban con el canto de las aves.

Arte y Naturaleza: Una Explosión de Creatividad

La magia del día floreció cuando un invitado especial apareció: un artista capturó la atención con relatos que transportaron a grandes y pequeños a mundos llenos de aventuras y lecciones importantes. Con hojas en blanco, pinceles y colores en mano, los asistentes desbordaron creatividad en una actividad artística donde las plantas se convirtieron en protagonistas para crear obras únicas que reflejaban su conexión con la naturaleza.

Regresando a Casa con Nuevos Vínculos y Aprendizajes

Al finalizar la jornada, los participantes regresaron a casa cansados pero felices. Sabían que llevaban consigo algo más que recuerdos; habían tejido un vínculo profundo con la naturaleza y entre ellos mismos. Este día lleno de aprendizaje, amistad y aventura sembró las bases para una conciencia ecológica que perdure en el tiempo y se traduzca en acciones concretas para cuidar nuestra Casa Común.

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